REFORMAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (RAE)

Recientemente  han salido en diferentes redes sociales, la viralización de unas reformas de la RAE, que desde una lectura lega de las mismas, pareciera que podrían afectar la forma en que hablamos una buena parte de los Centroamericanos, particularmente porque la publicación de fecha 5 de abril en el periódico On Line de Mendoza, Argentina ( http://jornadaonline.com/pb/111736 ), mencionaba que, letras como la CH, habían sido eliminadas, situación que como centroamericanos nos afectaría culturalmente, por la abundancia de topo-nimios y palabras coloquiales que hacen uso de esta letra.

Consecuentemente surgieron algunas dudas de cómo haríamos para decir: Choloma, Olancho, Choluteca, Chalatenango, Chinamas, Chilanga, Chinandegas, Chichigalpa, Chichicastenango, Quiche, Chahal, Chimaltenango, solo para mencionar algunos ejemplos de topónimos centroamericanos con uso de la “ch”.

Al respecto de lo anterior, quisiéramos hacer algunas aclaraciones y comentarios, que provienen no de la reflexión académica; sino del uso práctico e identitario de un idioma que, adquiere diversos matices, dependiendo de la región de dónde se hable, y también de la preocupación de que una reforma de la máxima autoridad del habla castellana, no se convierta en un instrumento de agresión al medio socio-cultural y estético que deriva de la palabra hablada, antes que de la palabra escrita:

1. Desde la 22ª  edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la “ch  y la ll” eran dígrafos, es decir un grupo de 2 letras que representan un único sonido, de tal forma que al hacer las consultas en la RAE, los 2 dígrafos antes referido y la “rr”, se encuentran subsumidas en las correspondientes letras C, L y R. En ningún momento están desapareciendo, siguen existiendo y sonando iguales, solo que ahora ya quedan contundentemente como dígrafos y no como  letras independientes, por lo que podremos seguir diciendo: chorizo, Chanmico, Chiquimula, Chontales, Chalatenango, Olancho, chucho, chiquito, chonga, chaparro… sin ningún problema o conflicto de identidad.

2. Efectivamente la “Y” hoy se llamara “ye” (aunque la consulta electrónica de la 23ª edición de la RAER, siguen llamándola “i griega”), dicho cambio no modifica la grafía ni las variaciones fonéticas a las que estamos acostumbrados los centroamericanos.

3. En relación a la “b” y “v”, la propuesta de la última actualización RAE, acepta ya que se les llame “be, be alta o be larga, o,  uve, ve, ve baja o ve corta”, respectivamente.  Pareciera que la referida autoridad lingüística hoy ha sido más flexible con las variantes de América hispana y en consecuencia ha reconocido expresamente sus usos, ya que es común encontrar en toda latino américa  expresiones como: “vaca con ve chica y burro con be larga“, solo para poner un ejemplo.

4. En cuanto a las tildes en “solo o sólo”, la propuesta de la RAE 23ª edición y el Diccionario panhispánico de dudas, aceptan ambos usos, al igual que en guión  o guion”; “hui o huí”. No se ha suprimido aún alguna de estas palabras, habría que ver qué sucede más adelante.

5. Al consultar con la Academia Salvadoreña de la Lengua Española y con la Academia Hondureña de la Lengua Española, ninguna de las 2 reportan con contundencia los cambios en cuanto a: “Catar por Qatar, Irak por Iraq, o cuórum por quórum”. Habrá que esperar a que la RAE publique a finales de este año 2014, las actualizaciones y reformas de su 23ª edición para tener la certeza de lo que finalmente pasó el filtro de la discusión académica lingüística.

Desde la práctica del idioma, pareciera que la RAE, está adoptando una posición mas flexible en cuanto a la idiosincrasia lingüística del habla hispana en América,  aspecto que no ha sido del todo usual en ella, en tanto en ediciones pasadas no se le había dado reconocimiento expreso a los usos coloquiales centroamericanos, parecía que se quería invisibilizar el enorme torrente de vida que surge del sincretismo de los idiomas originarios y el castellano.  ¿Será un ejemplo de la resistencia de esa identidad que llevamos dentro y que en los últimos años se hace más evidente?.

Resulta interesante y confortable que, ahora en esta última edición propuesta de la RAE, que se supone saldrá hoy a finales del 2014, se encuentren reconocidos diferentes usos que coloquialmente hacemos los centroamericanos de las palabras huevos, vaina y perro: “tengo un huevo” (tengo un problema o situación difícil); “los centroamericanos somos bien de a huevo” (que enfrentamos los problemas); “tengo una vaina” (tengo un problema); “se puso perro” (se puso difícil, enojado o peligroso), entre otros.

Agradecemos la orientación de Don Carlos Alberto Saz,  representante de la Academia Salvadoreña de la Lengua Española, para poder encontrar algunas respuesta a las dudas surgidas por la nota periodística del diario sur americano, especialmente en cuanto a la duda de la supresión de la “ch”.

De igual forma sugerir como fuente de consulta, ante este tipo de dudas del idioma, no solo la última versión de consulta en línea de la RAE, http://www.rae.es/diccionario-de-la-lengua-espanola/hacia-la-23a-edicion/consulta-de-las-modificaciones; sino también la consulta física del “Diccionario panhispánico de dudas”, edición 2005, que para esta pequeña investigación nos fue de mucha utilidad.

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